Una vez introducido el libro con el resumen y mi opinión, en el debate en clase hemos tocado diversos temas, aunque no hemos llegado al capítulo 2, también porque nadie lo ha mencionado.
El seminario ha empezado por dar nuestra opinión sobre el libro en general, donde han destacado los calificativos de pesimista, libro muy crítico, repetitivo, lenguaje muy técnico, un poco pesado, pero todos defienden que la lectura es muy provechosa.
El profesor ha defendido el libro diciendo que no estamos acostumbrados a un lenguaje pedagógico, y que por eso nos resulta pesado. Y en cuanto a si se repite o no, como es un libro argumentativo, está siempre defendiendo la misma postura pero desde diferentes puntos de vista, por ello, tiene que argumentar y repetir aquella postura que defiende.
El primer punto del que hemos partido para hablar sobre el libro ha sido los conceptos de innovación y cambio.
El siguiente razonamiento fue por parte de Pere: normalmente, cuando se empieza a innovar es porque hay algo que se quiere cambiar, pero no todos los cambios pueden ir a mejor, sino que también pueden ir a peor, por tanto, una innovación no puede ir siempre a mejor, entonces la pregunta es, si yo innovo para provocar un cambio y con ello una mejora, ¿cómo puede ser que el cambio vaya a peor?
Nosotros contestamos que era porque las innovaciones eran muy largas y cuando se iban a aplicar ya se necesitaba otra, pero el punto clave, que nos dijo Pere era porque para unos puede ser innovador y para otros no, es decir, que para el profesor sí que haya innovación pero para los alumnos no, que para la administración sí que haya y para los profesores no, y esto ocurre por el simple hecho de que cada uno está en una posición y, por tanto, la concepción que tienen es diferente.
El siguiente punto que tratamos fue la innovación y su relación con las nuevas tecnologías, y la pregunta de aquí es la siguiente: ¿puede existir innovación sin utilizar nuevas tecnologías? Y la respuesta, es un sí rotundo.
La innovación no tiene porque ir ligada a las nuevas tecnologías, sino a un cambio de mentalidad del profesor. El cambio se refiere a una iniciativa personal, a un interés por aprender y mejorar cada día, a que existan ganas de ser mejores en nuestro trabajo, y no cerrarnos y pensar que “ya lo sé todo”.
Este tipo de cambio de mentalidad se puede dar gracias a la autonomía pedagógica que se tiene ahora (libertad a la hora de decidir la metodología que quieres seguir), y no como antes que era una autonomía pedagógica restringida.
El siguiente punto a tratar fue la relación entre innovación y reforma: los dos son procesos de cambios con la intención de mejorar, pero ¿en qué se diferencian?, ¿cuál de los dos es más importante?, ¿la reforma conlleva una innovación?
Muchas veces se producen cambios sin darnos cuenta, entonces si a ese cambio no le das una continuidad, no se producirá la innovación.
Normalmente, la reforma afecta al sistema educativo y la innovación se produce en los centros y en las aulas, por tanto, la reforma en cuanto a tamaño es más grande que la innovación, entonces, ¿cuándo se produce una reforma existe una innovación? No tiene porque, y volvemos al punto donde hemos comentado que aunque se haya producido un cambio, para unos será a mejor y para otros no suponga nada. Además, si a un profesor lo obligan a innovar porque se ha estipulado así en la nueva reforma, el profesor no innovará y no hará caso a dicha reforma.
Para que una innovación tuviera una gran repercusión, sería necesario institucionalizarla, es decir, que tuviera una difusión más allá, de donde ha aparecido.
Hasta aquí, es lo que aconteció en el primer seminario del libro de texto.
Las frases en cursiva, es lo que nos tiene que quedar más claro.
lunes, 26 de octubre de 2009
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