Una vez conocido la profesionalización y la proletarización, yo tengo claro cual es el método que se debería llevar a cabo en las escuelas. Pero existen diferentes causas por las que no se puede instalar en las escuelas, y es que como ya hemos visto en el libro de Jaume Carbonell, la escuela es un “fuerte” que se resiste a las innovaciones y a los cambios que se producen en la sociedad. Como por esa parte no creo que haya posibilidad de derrumbar el “fuerte”, pues está la parte de los profesores, que creo que será mucho más fácil de modificar, aunque tenemos que tener en cuenta que las creencias de éstos, también son difíciles de derrumbar, pero creo que esto sólo será una ardua tarea en aquellas personas que llevan muchos años en la profesión, pero nosotros, los profesores que estamos aprendiendo para de aquí un par de años ser los responsables de la educación de los niños, no lo veo tan difícil, pero siempre están aquellos que son profesores porque no sabían que carrera cursar, y la verdad que esta profesión, vuelvo a repetir, considero que la vocación es punto muy importante.
Por eso, entre todos los profesores tenemos que conseguir que la profesionalización se vaya instalando en las aulas y no la proletarización, la cual, solo conlleva una rutina diaria en el impartir las clases, en cambio, la profesionalización, está repleta de tantos cambios como imaginación tenga el profesor para desarrollar nuevos materiales, nuevas unidades didácticas, y así, moldear sus sesiones según sea el alumnado que tenga entre sus manos, porque como se ha visto en la explicación de Shön, tenemos que adaptar la práctica a la realidad.
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