En la clase comentada anteriormente en el blog, un compañero dijo: “si en todas las asignaturas nos mandaran la misma cantidad de trabajo que en esta, no podríamos dedicarnos a nada más”.
Pere contestó que como sabe que no en todas las asignaturas nos mandan tanto trabajo, pues alguien lo debe hacer, y en este caso es él.
Está claro que no en todas las asignaturas nos mandan lo mismo, y tiene razón Pere, pero ¿qué pasa cuando muchas veces los alumnos están saturados de trabajo como pasa en 2º de bachiller? Pues que al final los alumnos lo último que hacen es el tiempo libre que tienen utilizarlo en sus estudios. Con esto no quiero decir que si tienen examen y les toca estudiar, que no lo hagan; me refiero a que en su tiempo libre no busquen sobre hechos que les hayan llamado la atención en clase.
Esto es un hecho verídico porque es lo que me pasaba a mí. Además, si juntamos que tenemos que ir a entrenar o a dar clase como nos ocurre a la mayor parte de compañeros, pues aun es más difícil que el tiempo libre lo dediques al estudio.
Y en cuanto a una valoración sobre la proletarización docente, me paro y pienso, ¿cómo pueden los profesores sentarse en una clase, dar la lección que toque ese día, y que vayan pasando los días uno detrás de otro? ¿No tienen amor propio por la labor que realizan? O, ¿es que están tan “quemados” de que no les hagan caso, que ya no quieren reivindicarse? Me doy cuenta que existen muchas incongruencias en cuanto a la apreciación de la labor del docente, pero espero que todo esto no me quite las ganas de ser en un futuro profesora, y que poco a poco, lo podamos ir cambiando.
domingo, 22 de noviembre de 2009
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